viernes, 6 de noviembre de 2009

Calidad, Soporte y Garantía

El factor más importante a tener en cuenta al elegir una placa de audio es el soporte. No obstante ello, la mayoría de los músicos solemos definir nuestra elección apoyándonos en criterios triviales como la apariencia física, el renombre de una marca o la buena onda del vendedor. ¿Cómo es posible?

Cuando decimos soporte nos estamos refiriendo al soporte técnico. Éste es el apoyo, respaldo o ayuda técnica que brindan los fabricantes y distribuidores a los usuarios de sus productos. En el caso de las placas de audio, abarca aspectos tales como la instalación física, la instalación de los drivers y la configuración.

Calidad y Garantía
El soporte técnico es un servicio que está íntimamente relacionado con la calidad y la garantía de la placa.
La calidad, según el diccionario, es el conjunto de propiedades inherentes a algo, que permite juzgar su valor. En una placa de audio, el soporte es una de esas propiedades. De manera que la placa de audio será de mayor calidad cuanto mejor sea su soporte técnico.
La garantía, en el sentido más estricto, es el compromiso temporal del fabricante o vendedor, por el que se obliga a reparar gratuitamente algo vendido en caso de avería. Si lo vendido es una placa de audio, en el noventa por ciento de los casos, las averías se reparan haciendo una correcta instalación; ya que estadísticamente: nueve de cada diez supuestas averías corresponden en realidad a un problema de instalación o configuración.

Una anécdota
Hace un poco más de dos décadas, yo hacía jingles publicitarios con una caja de ritmos, un secuenciador y una portaestudio; cuando un compositor llamado Oscar Edelstein me dijo que con una computadora podría lograr mejores resultados en menos tiempo. Corrí eufórico al negocio más importante de instrumentos musicales de aquel entonces preguntando cuál era esa computadora. Para mi sorpresa, casi con un lápiz prendido de la oreja, el vendedor me dijo que nada sabían allí de computadoras. La misma escena se repitió, una por una, en todas las tiendas de instrumentos musicales. Peregriné entonces por cada una de las casas de computación encontrando respuestas simétricas a las anteriores, tipo: “nada entendemos de música, las computadoras no sirven para eso”. Confundido inicié mi búsqueda a través de libros, revistas y algunas clases con maestros tales como Daniel Sueiro, a quien le estoy profundamente agradecido. Con el tiempo fui encontrando algunas respuestas y muchas preguntas que me llevaron a escribir entre otras cosas esta columna.

¿Es febril la mirada?
En la actualidad, después de la explosión de las Tecnologías de la Información, la situación no ha cambiado demasiado. Salvo honrosas excepciones, tanto en las casas de informática como en las de instrumentos musicales nadie entiende sobre placas de audio. Y lo que es peor, ante la creciente demanda, han surgido marcas de placas desarrolladas por empresas líderes en otros palos (consolas, micrófonos, pedales de guitarra, sintetizadores, etc.) pero que nada tienen que ver con la IT. Es real que un sampler, por ejemplo, es un aparato electrónico y una placa de audio, en última instancia también lo es, y por ello supuestamente una marca que hace veinte años atrás era líder en la fabricación de módulos de sonido y samplers ahora está más capacitada para fabricar placas de audio que una que hacía guitarras criollas. Pero ambas están muy lejos aún de llegar a competir en calidad de desarrollo con las que comenzaron desde cero diseñando y produciendo placas de audio.
Todos los desarrolladores, fabricantes, importadores, distribuidores y vendedores de placas de audio improvisados están unidos por un común denominador: ignorar la importancia del soporte. De ahí se deriva su escasa o nula capacidad para brindar soporte técnico idóneo y especializado a todos los usuarios. Porque hasta no experimentarlo en carne propia todos suponen que vender una placa de audio debería ser similar a vender un metrónomo o un bombo legüero: el cliente lo elije, lo compra, se lo lleva a su casa lo prueba y tarda cuanto mucho diez segundos en darse cuenta si funciona bien o no. En las placas de audio, saber si anda bien, lleva algo más de tiempo pero ese no es el problema, el real problema es que un alto porcentaje de gente no logra instalarla correctamente y termina creyendo que no funciona. Ahí es donde entra en juego el factor más importante de la calidad de una placa de audio, de su garantía: el soporte.

¿A quien le importa quién lo importa?
En reglas generales, al comprar un producto importado la mayoría de nosotros no prestamos atención a quién lo importó. Simplemente vamos al punto de venta y lo compramos. En una placa de audio, a fuerza de golpes yo aprendí a fijarme especialmente quien es el importador. Primero elijo marcas cuyo trabajo principal sean las placas de audio, luego me fijo que sus importadores se dediquen específica o fundamentalmente a placas de audio porque se que son los más responsables en el servicio de soporte técnico. Independientemente de que pueda comprarlo en una casa de instrumentos musicales, en un shopping, en una casa de computación o por Mercadolibre, lo esencial es quién es el importador. Porque esa es la empresa qué será, en última instancia, responsable de cambiarme el producto si está defectuoso y de brindarme soporte técnico para que pueda yo instalarla correctamente.

Garantía de Drivers
El fabricante especializado además me garantiza que tendré en el futuro drivers nuevos a medida que vayan saliendo nuevas versiones de sistemas operativos. Si se trata de una empresa kamikaze que fabrica pedales de efectos por ejemplo o micrófonos y ahora lanza un micrófono USB o una multiefecto o consola con salida USB (es decir con placa de audio incorporada) no solamente es muy probable que no pueda sostener en el tiempo el desarrollo de los nuevos drivers sino que además ni siquiera traen drivers ASIO nativos, que son fundamentales para trabajar seriamente con música en la PC.

José Samplertini
josesamplertini@gmail.com